Si hay algo que Amalia ostenta es su percepcion de los estados de animo.
La invite a comer mariscos en la ciudad de Cordoba (los que sepan entenderan que es cosa dificil de hacer conseguir tal comida en esta ciudad).
Dijo que me fijara en la manera con la que intentaba invitarla, en mis gestos, que si me parecian adecuados para que a alguien le dieran ganas de salir.
Dijo que no, que mi invitacion estaba hecha con muy poca onda.
Otro dia mas sin un si de Amalia y ya van...